miércoles, 7 de marzo de 2018

# 184 El Holder de la Brutalidad

En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier hospital a donde puedes llegar. Cuando alcances el área de recepción, pregunta por visitar a la paciente que se hace llamar "El portador de la Brutalidad". Si el trabajador llama a seguridad, rápidamente discúlpate y abandona el hospital. Nunca regreses allí, y espera al menos un año para volver a intentarlo en otro hospital. Es mejor no decir lo que te pasará si eres capturado en ese hospital otra vez. Si estás en el lugar correcto, el trabajador deberá darte una sonrisa 
sádica y te llevará a la Unidad de Cuidados Intensivos.

A medida que el trabajador pasa por entre los pacientes, hará una pausa para comprobar el nombre de las etiquetas en sus camas. Atento a tus alrededores, y ten cuidado de no tocar a ningún personal que lleve instrumentos médicos. La paciencia de la gente aquí se agota rápidamente, y serán muy irritables. No querrás llegar a ser uno de esos pacientes aquí, porque en ese caso, nunca volverás a ver otra vez el mundo exterior.

Cuando llegues a la cama #538, verás a un viejo hombre que yace allí, deberás mirarlo directamente. En el momento que lo mires, él, poco característico de su débil y demacrado cuerpo, gritará al tope de sus pulmones: “¡Ellos están aquí!” Después de pronunciar estas palabras, habrá explosiones fuera del hospital, como si estuviera siendo asediado por artillería.

Esto no parará, y pronto la UCI será golpeada por un proyectil y muchos de los pacientes y trabajadores morirán. Cierra los ojos y no te muevas del punto donde estás, sin importar lo que escuches, sientas o huelas. Ábrelos, y serás atacado para siempre por piezas de artillería de todas las maneras posibles y con todos los tipos de proyectiles usados (o no) en la guerra. Sentirás cada músculo desgarrado y cada hueso quebrado en tu cuerpo como una tormenta, siendo despedazado como una hoja de papel. Y cuando tu cuerpo no sea más que una pila de polvo, te regenerarás y el ciclo comenzará otra vez. Esa será tu destino para toda la eternidad, si cedes ante la impaciencia.

Debes mantener tus ojos cerrados hasta que el bombardeo se detenga. Sólo se puede estar seguro de que estarás a salvo cuando todo esté en silencio excepto por el llanto de una niña. Si escuchas otra cosa que no sea esto, es mejor no abrir los ojos y aceptar tu destino. Tu ambiente se volverá desolado en la completa y total destrucción. Partes de cuerpos estarán esparcidas a tu alrededor, aún temblando con la angustia y el tormento de su muerte. De hecho, las únicas cosas que aún estarán intactas serán tú, si no te moviste, y la cama #538, donde el anciano estuvo antes. Pero en su lugar ahora debería estar la niña que llora, de no más de 20 años, pero de indescriptible belleza. No permanezcas detenido ante su esplendor para que no te vuelvas loco cuando te revele la verdad. Pregunta, en su lugar: ¿Quiénes son peores? ¿Nosotros o Ellos? Luego de pronunciar estas palabras, unos soldados aparecerán y te estacarán a una pared que no estuvo allí antes, una estaca por cada extremidad, y una en tu pecho. No morirás, solo porque no se te concederá el lujo de ese destino tan simple.

Los soldados entonces procederán a burlarse y a torturar a la niña que llora con cada método conocido o no por el hombre. Los rostros de los soldados pronto cambiarán hasta que todos ellos te den la cara. Ellos la golpearán con las culatas de sus armas, pondrán agujas en sus uñas, para eventualmente quitarlas. Ellos la obligarán a beber agua hasta que su abdomen quede grotescamente distendido. Ellos la violarán, haciéndole cosas que los gobiernos le hacen sólo a los peores criminales, e incluso entonces, sólo en el máximo secreto, sentirás cada segundo de su dolor.

Mientras ella está siendo atormentada, su rostro comenzará a cambiar de forma en todo lo que conoces, en todas las personas que amas y odias. Ella entonces te mirará a los ojos, pidiéndole que la ayudes, pero no le prestes atención, a menos que desees ser reemplazado por ella en aquella cama y que tu dolor no conozca fin. Luego de lo que parecerá una eternidad, los soldados terminarán con su sufrimiento cortándole la cabeza. Uno de ellos se acercará a ti y te dirá: “Así que, ¿Qué piensas?” Sólo responde: “Todos somos víctimas” después de lo cual el soldado introducirá su mano en tu pecho, y sentirás como si te estuviera arrancando el corazón. A pesar de que has logrado mantenerte consciente a través de todo lo que has visto hasta ahora, esto te empujará por el borde, en la oscuridad.

Cuando despiertes, estarás en el lugar que llamas hogar. A tu lado estará una lata de conservas sin etiqueta, con un número de clavos a través de ella. Si la abres, encontrarás un vacío negro, y cualquier cosa que pongas allí se perderá para siempre.



Esta lata de conservas es el Objeto 184 de 538. No somos tan diferentes a Ellos, como nos gustaría pensar.

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